Las patatas se encuentran entre los ingredientes más sabrosos y versátiles del mundo. Introducidas en Europa tras el descubrimiento de América, las patatas forman hoy parte de nuestra tradición gastronómica, y existen decenas de platos en los que la patata es la absoluta protagonista.

Sin embargo, por muy sabrosas que sean, no todas las formas de cocinar las patatas son saludables y adecuadas para nuestra salud. La forma de preparar las patatas influye mucho en la ligereza del plato: freírlas o aliñarlas con mucho aceite, por ejemplo, aumenta considerablemente el aporte calórico del plato.

A continuación te explicamos cómo prepararlos de forma sana y ligera, pero sin renunciar al crujiente y al sabor. La receta de patatas fritas crujientes que te proponemos a continuación nos permite integrar este alimento incluso en las dietas más estrictas.

Ingredientes para patatas fritas crujientes: 500 gramos de patatas de pulpa amarilla, 1 cucharadita de aceite de oliva virgen extra y una pizca de sal.

Limpiar bien las patatas, pelarlas y cortarlas en rodajas de unos 5 milímetros de grosor. Sumérgelas en agua fría durante unos minutos (10-15), luego escúrrelas y colócalas en una cacerola llena de agua fría con una pizca de sal.

Estas operaciones ayudarán a eliminar algo de almidón de las patatas, pero también a ablandarlas antes de cocinarlas en el horno.

Cuando el agua empiece a hervir, retirar del fuego, escurrir y dejar enfriar. Atención: las patatas no deben hervir sino que deben escaldarse ligeramente.

Coloca las patatas en un bol grande y añade una cucharadita de aceite, mezclando bien con las manos para engrasar todas las patatas.

Para cocinar patatas fritas crujientes tienes dos opciones. La primera consiste en el uso, si está disponible, de la freidora sin aceite. La segunda consiste en cocinar en el horno, a unos 220-250 grados, durante unos 30-40 minutos. Una vez horneados, a mitad de cocción les damos la vuelta y esperamos hasta que estén dorados por toda la superficie.